“Hay tres clases de mentiras: La mentira, la maldita mentira y las estadísticas”
Mark Twain
15Alguien tendría que explicarle al doctor Manuel de la O. Cavazos que siendo autoridad el fin no justifica los medios y que decir verdades a medias o esconder parte de la información es mentir, lo cual no le está permitido.
El galeno encargado del área de la salud en Nuevo León salió ayer de nueva cuenta a mentir sin recato a fin de sostener su posición sobre la Ley Antitabaco. Ahora anunció los resultados de una “encuesta” practicada, según él, a mil 70 personas vía telefónica y en la que el 59 por ciento de las personas que respondieron dijeron no fumar y el 15 por ciento que sí, para después asegurar que el 80 por ciento de los encuestados dijo no estar de acuerdo con que se permita fumar en los restaurantes.
Para mentir el doctor de la O miente muy mal.
Por principio el sondeo fue pagado por una institución con un interés en el tema, la Unión Internacional contra la Tuberculosis y Enfermedades Respiratorias; después, la encuesta fue telefónica, lo cual representa un grave sesgo y un nivel de riesgo en la confiabilidad de las respuestas; adicionalmente, el señor secretario dice que el trabajo tiene sustento científico, pero no lo demuestra, no habla de índices de confiabilidad, no muestra la batería de preguntas, no indica las edades, sexo, nivel socioeconómico, referencias geográficas y demás que se requieren para poder darle crédito a “su” encuesta.
Manuel de la O. sabe perfectamente bien que las costosas multas que aplica están fuera de la ley, ya que contravienen disposiciones federales sobre el tema, aún y cuando en Nuevo León exista una ley local. En entrevista me dijo que la ley federal “se modificaría” (tiempo futuro) por lo que los 15 millones de pesos que les ha bajado a los restauranteros con su campaña de terror son ilegales.
Se equivoca el doctor de la O., nadie le pide que convivan fumadores y no fumadores, permitir que quienes tienen esta preferencia lo hagan en terrazas en el exterior, pero bajo un techo, es una forma de hacer gobierno, un gobierno para todos, un gobierno como el que prometió Jaime Rodríguez en campaña.
Tan consciente está el secretario que ya anticipa que en caso de que el Congreso apruebe modificar la ley ellos irán por la controversia constitucional. ¿Así o más perdido?
Junto con el hecho, lo grave es la falta de capacidad que tiene el funcionario para comunicarse y la enorme facilidad que tiene para intentar sostener sus mentiras que a nadie convencen.
Mentir es el camino más corto para acabar con la confianza y sin ella su paso por el servicio público será cortísimo y terminará con su aventura, pero también con todo lo que ha logrado como profesional de la salud.
Yo lo pensaría dos veces antes de seguir mintiendo.