“Hay dos maneras de vivir su vida: una, como si nada es un milagro;
la otra es como si todo es un milagro”
Albert Einstein
Si no conociese el fondo, a quienes escenifican estas historias y sus verdaderos motivos, estaría sorprendido y abrumado por la enorme cantidad de milagros que se han dado de un tiempo a la fecha en Nuevo León.
¿Cómo negar la existencia de estos hechos que no pueden ser obra de otra cosa que no sea un milagro?
¿Cómo explicar la influencia divina en alguien cuya familia vivió de siempre en el PAN y él de pronto sintió el llamado del apartidismo, pero un apartidismo que no estaba alejado de los gobiernos y aceptó un cargo en una administración ciudadana e independiente, pero de pronto, nuevamente por obra y gracia de una fuerza superior, decidió que no era ese el camino y dejó la burocracia sin dar explicaciones, mismas que muchos le pedían. Hoy de nuevo vive un milagro y atendiendo al llamado se propone como candidato independiente a una alcaldía.
¡Regocijaos ante esta demostración de fe!
¿Cómo negar que los milagros existen cuando observas a una persona que hasta hace no mucho tiempo, cuando religiosamente cobraba sus quincenas en el gobierno -muy bien pagadas por cierto-, defendía al Poder Ejecutivo y de pronto, por obra de un poder inexplicable que contrajo cuando se convirtió de chiripa en diputada, es invadida por una fuerza extraña que la hace revertir su posición en 180 grados, criticando lo que antes alababa.
Imposible negar la existencia de los milagros cuando ves a tanto arrepentido de haber vivido en un partido y hoy de pronto, de la noche a la mañana, una fuerza de otro mundo les hace ver con claridad el camino que siempre debieron tener y en él se alinean con un doble milagro, ya que ello les permite ascender al puesto de candidatos a algún cargo público.
¡Ideal para una campaña de promoción turística! ¡Venga a Nuevo León, viva y vea cómo se suceden los milagros a diario! Constate que esta es una tierra especial en donde ocurren fenómenos paranormales y sucesos más allá de la fe.
Sería como para celebrarlo, pero no, la realidad es otra, porque esto no es un milagro, es la simple comprobación de la calidad moral de muchos de nuestros actores políticos que se comportan sin convicción ni ideales, que buscan el poder por el poder, porque lo que menos les interesa es el bienestar de Nuevo León y su gente, porque no les importa mentir con tal de justificarse y justificar sus camaleónicas actitudes y sus golpes de timón.
¡Que pena pero eso es lo que tenemos! ¿Milagros? No, no son eso, son otra cosa.