“Gobernar dentro de un régimen democrático sería mucho
más fácil si no hubiera que ganar constantemente elecciones”
Georges Clemenceau
Alguien tendría que explicarle a Enrique Ochoa Reza, el flamante dirigente nacional del PRI, que ya hace mucho se acabaron los tiempos en los que el tricolor se podía manejar como una orden de tacos: tres de lengua y dos de maciza.
La reciente felpa que les pusieron en las urnas fue producto de lo mismo, de creer que eran la misma sociedad y el mismo partido, fue obra de la imprudencia, pero sobre todo de la soberbia, de pagar costosos asesores para que les endulzaran el oído y no para que les dijesen la verdad y mucho menos para dejarse llevar por el camino de la victoria.
Ayer en un encuentro privado con el sector popular, Ochoa Reza hizo una regresión en el tiempo y volvió a las épocas de Humberto Moreira con sus folklóricos y estentóreas frases cuando aseguró: “Se acabó el recreo para la oposición”.
Sin embargo la realidad es durísima y ayer mismo le dio un platón completo al líder tricolor al conocerse que de llevarse a cabo las elecciones presidenciales volverían a quedar en tercer lugar, detrás del PAN y de Morena. Si eso es que se les acabó el recreo a los opositores el PRI debería de ponerse a trabajar con urgencia.
El tricolor tiene un gravísimo problema de marca, una marca debilitada por los excesos de unos cuantos, pero más aún por la incapacidad de “vender” los aciertos que han tenido. Soberbios y arrogantes, creen que la gente se ubica en su misma sintonía y que por obra y gracia de alguna divinidad se entera de las buenas obras de sus gobiernos.
Ochoa Reza debe rezar y enterarse de que fue llamado como manager de un equipo en un partido que van perdiendo por muchas carreras y no será con declaraciones rimbombantes del entrenador cómo se resuelvan las cosas, sino con acciones en el terreno de juego.
Mientras sigan siendo el mismo PRI de toda la vida se repetirán los fracasos y les guste o no, cada vez serán más estrepitosos. Hoy ya una sola mujer, sin el apoyo de todo su partido, les va sacando una amplia ventaja.
