“Que chulada de pelado, ¡quería esposa sin suegra!”
Piporro
Recordando a aquella famosa Miss Panamá que en el concurso dijo: “Confucio fue uno de los que inventó la confusión”, me quedo impactado al leer las declaraciones de Gabriel Tláloc Cantú quien renuncia al PRI, tras 30 años de militancia, para irse a Morena.
La verdad no sé qué me da más pena, si la reina de belleza o el confundido diputado.
Dice Tláloc: “Si una oveja se quiere salir del rebaño, la arropas. Nadie hizo nada por retenerme” y añade: “Salgo por la puerta de enfrente, no estoy dando un bandazo de locura”. Dice que en Morena, puede ir por el Senado, una Diputación federal o la Alcaldía de Guadalupe.
Con todo y que es diputado y notario público, habría que empezar por enseñarle a Cantú que “arropar” no es sinónimo de “cumplir caprichos” ni hacerlo candidato nada más porque él quiere. Se olvida, el buen Tláloc, que es diputado y que tiene una notaría pública gracias al PRI y más específicamente a la CTM.
No conforme con eso el diputado nos dos claras muestras de su incongruencia e inconsistencia, al decir que “fue una decisión difícil, pero que lo convenció el proyecto de nación de Andrés Manuel López Obrador, líder nacional de Morena, y el hecho de que a nivel estatal este plan lo encabezan empresarios”.
O sea, ¿cómo?, ¿es en realidad el proyecto de nación de AMLO o el hecho de que puede ir por el Senado, la Diputación federal o la alcaldía lo que lo convenció? ¿O más bien que le dijeron en el PRI que no le va a tocar nada? ¿Cómo alguien extraído de las filas obreras se dice convencido porque el plan lo encabezan empresarios?
Al final Gabriel Tláloc Cantú está más confundido que aquel chino-japonés de la historia que inventó la panameña del concurso de belleza y con tan de justificar su proceder se inventa un cuento que no le compra ni un niño de kindergarden.
Lo más triste es que piensan que los ciudadanos somos tarados y les creemos sus mentiras.
Y los que todavía nos falta ver.