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20/04/2020

PERCEPCIONES / Aburridos

“Lo peor de la ignorancia es que a
medida que se prolonga, adquiere confianza”
Anónimo

Sí, después de un mes de encierro estamos todos hartos, cansados, fastidiados de ver las mismas caras, las mismas paredes y en las noticias escuchar las mismas historias. La desesperación te hace presa cuando te dicen que el confinamiento obligatorio se extenderá por un mes más, por lo menos.

Y es ahí que lo que había empezado muy bien y que hoy por hoy ha funcionado para prevenir el contagio colectivo, empieza a relajarse y decimos “si durante un mes no ha ocurrido nada, entonces el asunto no es tan grave” y empezamos a salir ampliando el esquema de “sólo para lo esencial” y descuidando detalles importantes como la sana distancia.

Este fin de semana quise ir a comprar algo de carne para asar y la carnicería parecía una romería; pasé por una taquería que tiene en tiempos normales bastante éxito y créame cuando le digo que no noté diferencia alguna de sus mejores épocas porque el estacionamiento y sus mesas estaban atestadas de clientes, pegaditos unos con otros, como si nada sucediese.

Por la noche fui a casa de un vecino en la misma manzana en la que vivo a comprarle unas caretas plásticas para reforzar la protección y cuál sería mi sorpresa al darme cuenta de que tres familias tenían carne asada con amigos o familiares en sus casas, como cualquier fin de semana.

No salía aún de mi asombro y por la mañana me enteré, gracias a los medios de comunicación, que el fenómeno se repetía en distintos sectores del área metropolitana y es que por igual, ricos o pobres, están cansados del encierro y les importa un carajo poner en riesgo su salud.

Ahí están los sampetrinos que al tener cerradas las calzadas para hacer ejercicio, se han metido todos en pequeñas plazas de sus sectores que lucen atiborradas todo el día de seres humanos a los que preocupa más su imagen que su salud y por ello es que acuden a correr y hacer ejercicio.

Es entonces que pienso en los que no tienen opción, en los que tienen que salir a trabajar a la fuerza y regresar a sus hogares cada día llenos de miedo de contagiarse o contagiar a sus seres queridos. Es cuando pienso en médicos y personal de apoyo, en policías, en cajeros y empleados de supermercados, en todos aquellos que no tienen más que salir a buscarse el sustento y me parece, lo digo con todas sus letras, que no es justo.

¿Qué quiere hacer una carnita asada e invitar a sus amigos y familiares? ¡Con todo gusto!, pero por su inconciencia deberían encerrarles a todos juntos en ese sitio y sellar la puerta hasta que sea seguro salir, a ver si les quedan ganas de verse las caras.

Está demostrado, la cuarentena funciona y más cuando la llevas con disciplina y hábitos de cuidado. Esta es la época más fuerte del virus y cuando más debemos extremar las precauciones, por lo que el exceso de confianza puede terminar matando a muchos que seguramente serán de esos que estaban aburridos.

ftijerin@rtvnews.com