“El caos es la ley de la naturaleza; el orden el sueño del hombre”
Henry Adams
“México es mágico”.
A pesar de las múltiples lecciones no acabamos de aprender y con todo y los puntos de referencia cercanos no entendemos; ni el dolor, ni las duras enseñanzas, nos hacen tomar decisiones que hace mucho tiempo deberíamos haber aceptado.
Resulta inoperante, por donde se le vea, el organizar y mantener dispersos todos los esfuerzos en equipos de rescate que hoy tenemos. Los cuerpos de auxilio en todo México viven en medio de carencias, bajos salarios, capacitación incompleta, con mucho amor y vocación de sus integrantes, pero con demasiados problemas.
Y es que por demasiadas razones, algunas comprensibles y otras no tanto, el celo de poseer “su propio cuerpo”, ya sea de Protección Civil, de Cruz Roja o Verde (como en el caso de Monterrey), de Bomberos, hace que todo se convierta en un despiporre de los mil diablos.
Lo he dicho antes, ¿por qué no concentrar bajo un solo organismo todos los recursos, todos los esfuerzos, toda la metodología, para tener un ente fuerte que nos pueda ayudar de verdad?
En los Estados Unidos los bomberos son toda una institución que por igual sofoca incendios que brinda rescate urbano, acuático y de montaña, que tiene ambulancias y paramédicos de primer nivel, ¿no va siendo tiempo de que demos un paso adelante y organicemos una gran organización nacional?
Pero no, aquí hay que tener para cada cuerpo un ente independiente y único, que se rasque con sus uñas y así dilapidamos recursos en lo menos importante como lo son la administración y la adquisición de equipos y materiales que, comprados en menores cantidades, terminan siendo mucho, pero mucho, más caros.
En Nuevo León desde hace mucho tiempo el Patronato de Bomberos, institución que maneja al heroico cuerpo, es un caos, tanto que sus integrantes fueron desconocidos por la Junta de Beneficencia y se ordenó una auditoría de la que extrañamente aún no se brindan resultados pues los anteriores encargados fueron acusados de malos manejos.
Antes la Cruz Verde de Monterrey dejó de operar porque desde meses antes la administración del Municipio les dejó de otorgar recursos por la opacidad con la que llevaban sus cuentas.
¿Es esto justo?
¿Para qué tener Protección Civil en el Estado y todos los Municipios cuando bien podríamos contar con un equipo fuerte, diseminado en distintos puntos sí, pero bajo una sola dirección?
Tanto esfuerzo disperso termina en nada y todo ello en contra de nuestra seguridad y beneficio. Ojalá y algún día lo entendiésemos.