“En esta vida hay que morir varias veces para después renacer.
Y las crisis, aunque atemorizan, nos sirven para
cancelar una época e inaugurar otra.
Eugenio Trias
Si de verdad los priistas quieren recuperar algo del terreno perdido el pasado 1 de julio, no bastará con refundar el partido, cambiarle el nombre, los colores y el emblema; necesitan algo mucho más profundo.
Tienen que empezar por entender que requieren cambiar de mentalidad y aceptar que los cambios cosméticos que hicieron durante años hoy ya no funcionan, porque en el fondo siguen siendo exactamente iguales y la ciudadanía ya no tolera ese comportamiento, como no le agrada su manera de gobernar en muchos lugares.
Si de verdad quieren hacer bien las cosas, tendrían que empezar de cero y eso implica acabar con los actuales liderazgos, que todos, todos, los que aún quieran pertenecer a ese instituto político tengan el mismo peso y valor y que de manera democrática impulsen que emerjan nuevos liderazgos y no los recomendados e impuestos de los grupos políticos de siempre.
Más allá de lo que hagan a su interior, la verdadera lucha estará en las calles, en salir a tomar las causas sociales y de los ciudadanos, a pelear por ellos, a realizar una titánica labor para que de nueva cuenta los mexicanos se puedan sentir identificados y representados por ellos.
Ya no podrán ir a buscarlos sólo en tiempos de elecciones, ahora tendrán que trabajar todos los días del año, en todos los rincones del país. Tuvieron por décadas la confianza y paciencia de los mexicanos y hoy la han perdido, recuperarla no será sencillo y no lo conseguirán con cambiarse el nombre y la apariencia, el cambio tiene que ser real.
Tienen que empezar por ser autocríticos y echar fuera, sí, expulsar, a quienes le han hecho daño a la institución, a quienes no han dado resultados o han defraudado la confianza de los propios priistas y de la sociedad.
La misión que hoy tienen ante sí no se consigue en un año, dos o tres, requieren de más tiempo. Necesitan demostrar coherencia y congruencia, tienen que ser capaces de ser humildes y al mismo tiempo lo suficientemente fuertes y unidos para ayudar y proteger a quienes más lo necesitan. Tienen que ser una oposición seria, férrea, responsable, pero ante todo honesta y transparente, que no se preste al manipuleo y que no caiga en la tentación de vender favores.
Tienen que empezar desde cero y ya van tarde, porque esa tarea tendrían que haberla iniciado el 2 de julio al despuntar el alba.
