“Cuando la estafa es enorme ya toma un nombre decente”
Ramón Pérez de Ayala
Sí, va contra la Constitución y contra cualquier norma ética, moral o lógica, es una idea absurda de pueblos salvajes, aunque en el fondo tenga mucho de eficacia preventiva, pero hay situaciones en las que la propuesta de “El Bronco” de mocharle la mano a los corruptos se antoja no sólo como viable, sino hasta de corto alcance.
Déjeme le platico una historia.
Con la ilusión de cualquier ser humano, muchas personas adquirieron su casa en Juárez, Nuevo León, hace años y lo hicieron a través de una hipotecaria llamada “Mi Casita” que ya se imaginará usted por qué terminó quebrada; la cartera de aquella empresa fue adquirida por dos bancos: Banorte y HSBC.
Ante las dificultades para cobrar, resulta que HSBC encontró un método perfecto para “a lo chino” recuperar las cosas y volver a venderlas: aliarse con la autoridad municipal para, mediante una estratagema, rematar las propiedades aduciendo la falta de pago del predial y ¡oh casualidad!, entregarlas al banco.
Así, asómbrese, el banco ganó la subasta de una casa pagando sólo 2 mil 704 pesos; luego pagó el adeudo del predial y así se quedó con la casa adjudicándola a un nuevo comprador que, al intentar tomar posesión, se dio cuenta de que había una familia viviendo ahí. Obvio dijeron que eran posesionarios, pero no es verdad, eran los primeros compradores que estaban en posesión desde el 2007, a los que supuestamente la autoridad municipal notificó de su procedimiento pero en realidad no lo hizo, porque simularon el acto.
En términos simples y llanos, una estafa maestra en la que toman parte el banco, la administración municipal, pero también notarios públicos y vaya usted a saber cuánta gente más.
Pero vayamos al origen de la estafa. ¿Qué gana el municipio cobrando un predial atrasado? Cuando en un remate consigues una casa por menos de 3 mil pesos, no te queda más que pensar mucho, pero mucho, pero mucho muy mal y aquí todo apunta a que Heriberto Treviño Cantú, el actual alcalde que además busca la reelección, tiene mucho que explicar, porque si no fue él el beneficiario de esta tomadura de pelo, sí fue su gente por la que debe responder.
Salta la pregunta de, si los propietarios originales tenían adeudo con “Mi Casita” y esta la vendió al quebrar a un banco, ¿por qué el banco no realizó un procedimiento legal y optó porque fuese el Municipio a través de un extrañísimo mecanismo para finalmente recuperar la propiedad? Algo huele mal, pero muy mal y el tufo alcanza a muchos.
Viendo el asunto, no puedo menos que compartir la visión de “El Bronco” y pedir que les mochen las manos a estos ladrones que sin sentimiento privan de su patrimonio a sus familias y destruyen hogares. El más culpable de todos “El Mudo” Treviño, porque también es su alcalde y les falla a los habitantes de su Municipio al prestarse a estas estafas.