“Lo raro es pariente de lo feo”
Refrán popular
En las campañas políticas suceden las cosas más extrañas.
Siempre he percibido a Álvaro Suárez, el candidato al Senado por Morena, antes panista, como una persona seria y de convicciones, con una extraña idea de cómo promocionarse a través de un luchador enmascarado con nombre de película muy pornográfica o bien de sombrero vaquero muy fino. (Es que eso de 5X… la cerveza tenía dos y hace algunos años hasta tres, ¿pero cinco?)
Pues Álvaro se hartó del pan y de luchar contra quienes de una y mil maneras le cerraron el paso y en esta ocasión buscó el cobijo de otros partidos y lo encontró en las huestes de López Obrador.
Por otra parte, luego de su exitosa incursión en las elecciones anteriores como aspirante a la alcaldía de Monterrey, el PT volvió a postular a Patricio Zambrano en una acción bastante lógica.
Pero la lógica en las campañas no opera y vaya usted a saber por qué, el “Pato” dio al traste con la imagen y credibilidad que le había costado un mundo construir en apenas unos segundos de debate en El Norte. Verdad o mentira su acusación a Felipe de Jesús Cantú, candidato del PAN, el tema es que los dos quedaron sumamente embarrados.
Por eso resulta extraño el que en un momento así Álvaro Suárez una a sus filas al Pato para hacer campaña, porque en términos de simple lógica no le redundará en votos y sí puede restarle. Mucho peor aún el organizar unas “luchitas” de mentiras contra la corrupción.
Tengo la sensación de que Suárez ha perdido enfoque o que le pidieron un favor muy grande, pero es que debe recordar que su campaña es para llegar al Senado de la República y no será pegándole al enmascarado ni reuniéndose con personas que tienen su cabeza en la picota.
Lo dicho, si algo te parece extraño, se puede superar en cualquier campaña.
