“Quizá la más grande lección de la historia
es que nadie aprendió las lecciones de la historia”
Aldous Huxley
Poco tiempo después de que Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco” ganó de manera aplastante la gubernatura de Nuevo León un directivo de un importante medio de comunicación me confesaba que no entendía la manera en que eso había sucedido y mi respuesta fue sencilla: fue culpa de ustedes.
Incrédulo, el hombre me preguntaba el cómo y el por qué y simplemente le contesté: en su afán por criticarlo y cerrarle el paso, le terminaron dando más espacios que a ningún otro aspirante y con “la cargada” lo victimizaron a los ojos de los votantes, de manera que el día de la elección fueron a darle una lección al sistema, entendido como gobierno, partidos y también medios de comunicación.
El recuento de notas y espacios de aquella campaña no dejaba lugar a dudas, el candidato con mayor número de notas difundidas y con más espacio impreso y tiempo en medios era “El Bronco”, con un porcentaje altísimo de notas en su contra, pero con la mayor exposición a su favor.
Lo anterior, más un eficiente manejo de las redes sociales que se construyó de manera accidental, sin tenerlo planeado, fueron los cimientos de un triunfo arrasador.
Hoy sin aprender de la historia muchos son los medios que dedican enormes esfuerzos por tratar de bloquear a Andrés Manuel López Obrador y, para colmo, el fenómeno se repite en redes sociales con un creciente número de críticos a “El Peje” que lejos de hacerle daño le terminan beneficiando.
Cada nota y cada post en Facebook, Twitter o Instagram, terminan siendo un golpe directo a la mente de quienes acudirán a las urnas el próximo mes de julio, cada información, cierta o no, es un recordatorio de un hombre, una imagen y una historia.
Así, aunque AMLO se encargue de muchas veces echar su campaña por los suelos, lo cierto es que sus críticos se encargan de levantarlo una y otra vez; y lo peor es que lo hacen cuando buscan todo lo contrario.
Los estrategas de campaña se equivocan al generar noticias reales, fake-news y “memes”, porque lo que realmente ocupan hacer es “vacío”, pero no hay forma de hacerlos entender y porque ya se ha generado una ola difícil de detener en la que todos toman parte, a favor y en contra.
¿Se repetirá la historia?
