“Los más insolentes en la prosperidad son en la adversidad
los más débiles y cobardes; doblan la cerviz en faltándoles
la autoridad, y se les ve tan abatidos como se les conoció
soberbios; en un momento pasan de un extremo a otro”.
Fénelon
La denuncia interpuesta por el PAN de Nuevo León en contra de Miguel Treviño buscando invalidar la pasada elección en San Pedro y el que hubiese llegado al extremo de plantearse a unos cuantos días del cambio de poderes fue un acto absolutamente innecesario, que llega en un pésimo momento para el blanquiazul.
Rechazados en las urnas tras haber sostenido “La Joya de la Corona” por largos años y haberla perdido, además de un alcalde emanado de sus filas cuestionado por la terquedad de imponer su capricho de construir museos con el acervo familiar, amenazando con multas millonarias si alguien se atreve a dar marcha atrás y por si fuese poco sumidos en una ola de preocupante inseguridad.
De algún lugar surgió una voz que lo hizo recapacitar y darse cuenta de que la denuncia contra quien les ganó en las urnas con más del 10 por ciento de ventaja era una sinrazón y que al ganar su demanda terminarían perdiendo; lo peor es que el daño ya está hecho y con todo y la reversa su imagen se ha deteriorado.
Todavía la mañana de este martes Iván Medrano, el dirigente interino del PAN de Nuevo León, decía que no retirarían la demanda y que esperarían al fallo de la Sala Regional del Trife, pero por la tarde y ante la evidente presión social y mediática, los blanquiazules metieron reversa y fueron a presentar el desestimiento del procedimiento que interpusieron el pasado mes de julio.
Lo incomprensible es que, aún y cuando se vieron obligados a meter reversa, todavía posen para la foto con actitud triunfalista, “perdonavidas” y hasta con una sonrisa de una diputada que no entendemos bien ¿de qué se ríe?
Tampoco se entiende la sonrisa del candidato a la alcaldía de Guadalupe, Pedro Garza Treviño, al salir del Tribunal Electoral del Poder Judicial, luego de interponer un recurso ante el dictamen de la Sala Regional. Reitero, ¿de qué se ríen?
Ni el desestimiento es un triunfo panista o un logro conseguido para los ciudadanos y lo de Pedro es producto de una muy mala campaña que lo hizo quedar al borde y arriesgar el resultado de manera innecesaria.
Las dos acciones dibujan la realidad del PAN en Nuevo León. Alejado de la sociedad, lleno de soberbia y encima tratando de vender como “un favor” el recular ante un error de cálculo que es verdad, les pudo haber costado mucho más caro en caso de insistir en avanzar.