“Aprender sin pensar es inútil. Pensar sin aprender, peligroso”
Confucio
Caro le está resultando al Senador tamaulipeco Ismael García Cabeza de Vaca el aprendizaje sobre cómo se las gastan en la Cámara Alta en la que, visto está, no existe la privacidad.
Y es que si el “Big Brother” existe, sin duda alguna en los recintos parlamentarios de todo el país tiene sus máximos templos, ya que lo que digas, veas, comentes y ahora veas o escribas en tu dispositivo electrónico queda registrado y será utilizado en tu contra en la primera oportunidad.
Y es que el checar o escribir mensajes es un acto que consideramos personalísimo, pero nunca verificamos quién está arriba o detrás de nosotros, de manera que de alguna manera estamos expuestos; eso sin contar los sofisticados programas de espionaje que existen y que pueden “vaciar” en instantes la memoria completa de un aparato.
Al hermano del gobernador le aplicaron la novatada y le harán pagar el precio, incluso sus compañeros de partido, para con su ejemplo enviar un mensaje de pureza inexistente en la clase política nacional.
Ya vimos antes a Layda Sansores jugar “Candy Crush” en plena sesión y hemos comprobado el florido lenguaje de muchos legisladores cuando les agarran en la maroma y dejan ver la pantalla de sus dispositivos en folklóricas charlas.
En donde se equivoca rotundamente el Senador García Cabeza de Vaca es en su fallida estrategia de defensa, porque su pretendida disculpa sabe y suena a poco, porque el mensaje fue demasiado “light”, porque no ocupaba auto defenestrarse, pero tampoco salir con una simple disculpa.
El tema pasará, aunque por los siglos de los siglos el legislador quedará marcado por la anécdota y a donde vaya, pase lo que pase, le recordarán la novatada con la que lo recibieron en el Senado.
Cosas de la política.
