“Pero qué necesidad / para qué tanto problema,
no hay como la libertad de ser, de estar, de ir,
de amar, de hacer, de hablar,
de andar así sin penas”
Juan Gabriel
Debo aceptar que Paco Ignacio Taibo II me cae rebién y que comparto algunos de sus puntos de vista, aunque algunas de sus acciones me parecen excesivamente populacheras y sus pronunciamientos indebidamente arriesgados.
Vamos de acuerdo, hay que revisar el asunto de las minas de Taxco y de ser necesario expropiar, pero con todas las de la ley y con el ojo bien puesto en evitar a toda costa caer en lo sucedido en otros países como Venezuela, no vaya siendo que el remedio nos salga más caro que la enfermedad y que el mal de unos cuantos lo terminemos pagando todos, y lo que es peor, que ni remedio sea porque al final se jode el asunto completo.
Cada quién sabe cómo le menea a su olla de frijoles y si Taibo quiere tragar tamales y prescindir del comedor y el chef que tenía el director del FCE, muy su bronca, pero no requiere darse “baños de pueblo” y divulgarlo mucho antes de siquiera tomar posesión; simplemente lo quita y ya, pero hacerse autopromoción con eso me parece un exceso.
Lo que sí es preocupante es que en medio de la demagogia y la autoalabanza hable en nombre del Presidente Electo, que diga lo que él cree que hará, que asegure que “nadie lo para” y que la “transición de terciopelo” se acaba en unas semanas augurando algo que no se entiende bien a bien lo que significa, como no sea una etapa de terror y caos, porque cita por ejemplo “la presión social”.
Ya hemos sido testigos de la inquietud del sistema y los mercados, del nerviosismo de los actores políticos y sociales ante la incertidumbre, ¿qué necesidad hay que agitar las aguas? Ya ante la propuesta no consensuada con el mismo AMLO de Ricardo Monrreal de quitar las comisiones bancarias, tuvo que salir López Obrador a tranquilizar los mercados, ¿qué pretende Taibo con sus palabras?
Ni terciopelo ni lleno de espinas, el camino al poder y la transición deberían ser terso y transparente, sin sobresaltos, que es lo menos que ocupamos en estos momentos. Hay demasiadas ollas en la lumbre y la sociedad requiere de confianza y tranquilidad, no de “chivos locos en cristalería”. Ni revanchas ni venganzas señor Taibo, gobierno, organización, transparencia, verdad, menos protagonismo y más realidad, ¿es tan difícil?
¿Pero qué necesidad?