“Las ideas son como las mujeres, alimentar diez cuesta menos que vestir una”
Paul Masson
No de ahora. Desde hace ya buen tiempo tengo la sensación de que nuestros diputados, federales y locales, confunden su labor pensando que su trabajo es presentar iniciativas, propuestas y exhortos, dejando de lado lo realmente fundamental que es el discutir, aprobar y promulgar leyes.
Y es que sí, las iniciativas y propuestas son la base, pero de nada sirven si sólo se quedan en eso y nos llevan al seno de las respectivas comisiones, se discuten y se presentan al Pleno para ser votadas y que se conviertan en leyes.
Sin estrategia y dejando de lado la agenda mínima que en su momento presentaron, todos los diputados, de todos los partidos, “le tapan el ojo al macho” subiendo a tribuna para presentar desde ideas que son realmente interesantes hasta absolutas aberraciones en exhortos que lo único que consiguen es desaprovechar el tiempo, tiempo de trabajo que pagamos los ciudadanos y en el que nuestros legisladores se dedican a cualquier cosa, menos a trabajar.
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Y que viva la coyuntura, que para algo sirve y si el tema está de moda y los medios lo están manejando me subo a la tribuna y propongo, que así me veo “nice”, no importa que jamás arrastre el lápiz y la propuesta la convierta en iniciativa que pueda ser discutida, hoy ya cumplí y mañana apareceré en los medios.
Si esa la dinámica y a eso creen que se dedican, sería prudente que los ciudadanos impulsáramos una ley en la que se sancionase a todo aquel legislador que no diese seguimiento a las propuestas e iniciativas que presenta, que tras un prudente plazo se castigase su desinterés y falta de atención, su ligereza y frivolidad, con sanciones económicas o administrativas, de manera que se vayan tanteando a la hora de montarse en la ola y andar proponiendo barbaridades.
Legislar no es proponer ni andarse tomando fotos en la Oficialía de Partes. Legislar es acabar completa la chamba y en eso fallan irremediablemente. Los partidos que los llevaron al poder deberían ser los principales interesados en obtener resultados, pero como ellos están interesados en otras cosas, los intereses ciudadanos terminan siendo lo menos importante.
Menos propuestas y más resultados es el reto. ¿Le entran?
