Francisco Tijerina
“Las injurias tienen una gran ventaja sobre los razonamientos:
la de ser admitidas sin pruebas por una multitud de lectores”
Alessandro Manzoni
Como dice uno de mis mejores amigos: “Para un fresco, otro más fresco”.
Samuel García insiste en sonar matracas y tronar cuetes en lugar de como pregona, luchar por la verdad y la democracia.
Ayer fue a presentar una denuncia en contra de funcionarios estatales con base en una nota periodística, pero sin aportar una sola prueba de sus acusaciones.
Pero no sólo eso, el muchacho le puso de su cosecha y no se conformó con la denuncia de que empleados estatales levantaron firmas de apoyo a candidatos en horarios laborales, sino que hizo afirmaciones que debe probar, como: “Estamos pidiendo un procedimiento sancionador, ese se va directo al INE y lo que se busca es que se sancione y se quite el registro a Jaime Rodríguez, al “Matemático”, a Mónica Garza, y a otros independientes que han estado falsificando, comprando firmas en el mercado negro”.
¿Comprando firmas en el mercado negro? Ah caray, qué interesante. ¿Fuese el diputado tan amable el demostrar su dicho?
Y todavía se reafirma: “Y al mismo tiempo estamos pidiendo un proceso penal por delitos electorales a Jaime (Rodríguez), a sus 700 funcionarios que han estado en días y horas hábiles juntado firmas y obviamente al “Matemático” y a Mónica Garza que han estado comprando”.
De nuevo y otra vez: ¿lo puede probar?
Aquí surge algo interesante, el encabezado de la información publicada en El Norte reza: “Denuncia MC a Bronco ante INE”, pero resulta que tanto Samuel como la mujer que en ocasiones le acompaña en las fotos, son diputados del Congreso de Nuevo León, ¿en calidad de qué fueron a poner una denuncia al INE? ¿Fueron como miembros de Movimiento Ciudadano? ¿A qué horas lo hicieron?, porque seguro era horario laboral.
¿Somos o nos hacemos?
Por cierto, el nuevo spot de Samuel en el que se hace acompañar de Luis Donado Colosio Riojas y Agustín Basave III, es más de lo mismo, hablan de sacar a los políticos corruptos, de devolverle la grandeza a Nuevo León, de cambiar las cosas, pero nunca dicen ni qué, ni cómo, y así, la verdad, no se puede.
Verdad y congruencia, dos tareas pendientes para Samuel y amigos que le acompañan.
