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06/08/2018

PERCEPCIONES / ¡Viva México!

“Las comparaciones son odiosas… pero necesarias”
Yomero

No es que uno sea malinchista, ¡pero caray!, bastan unos cuantos días fuera de México para darte cuenta de la deplorable calidad con la que atendemos al turismo y con la que se prestan servicios en una ciudad que se jacta de ser de las más importantes del país.

Sales de viaje y sabiendo cómo se las gastan los taxis del aeropuerto el domingo por la noche, dejas tu vehículo en uno de los estacionamientos “de largo plazo” del Aeropuerto “Mariano Escobedo”; a buen resguardo el recibo y seguro de que estará cuidado.

Para empezar a sufrirla, porque el camión de traslado a la terminal nunca pasa, así que “a pincel” por un buen tramo con unos agradables 40 y tantos grados, pero eso no es nada…

Lo mejor fue al regreso. De nueva cuenta el dichoso camión de traslado nunca apareció, así que molido por el viaje, vuelve a pegarle y cuando llegas al sitio para pagar ¡oh sorpresa!, no puede hacerse la operación… después de un rato una mujer te informa: “lo que pasa es que SU boleto está mal impreso, de manera que tiene que volver a la terminal a que le impriman uno para poder cobrarle”.

¿Su boleto mal impreso? Ni es mi boleto y la bronca de que impriman mal es de ellos, no mía, así que a discutir quién tiene que resolver el problema. Por fin acceden y consiguen un nuevo boleto, el importe es de 560 pesos e intento pagar con dos billetes de 500 pesos pero, ¡oh sorpresa otra vez!, la máquina sólo acepta un billete de 500, por lo que te entrega un recibo que debes ir a canjear a la terminal para recuperar tus segundos 500 pesos y liquidar el importe exacto para que puedas salir del estacionamiento.

¿Así o más complicado?

Después de viajar varias horas no tienes ni humor ni ganas, pero te enfrentas a una y mil vicisitudes y hasta diese la impresión de que el destino conspira en tu contra, pero no es así, lo que ocurre en el aeropuerto de Monterrey es la más pura demostración de la anarquía imperante y el valemadrismo extremo de personas a las que les vale sorbete el turismo, la calidad, el servicio y la atención.

Y mientras el Gobierno habla de atraer inversiones, de promover el turismo y de mil y un cosas, la cruda y simple realidad te estalla en la cara y te demuestra que todo es un “choro mareador” ya que la impunidad con la que actúan es el común denominador. Ahí nadie supervisa, nadie cuida y estás por tu cuenta y riesgo.

Y entre la pelotita de que es asunto federal y asunto estatal, que es una concesión a un particular, que no pagan predial y esas minucias, lo cierto es que somos lo peor de lo peor, porque en la terminal de camiones de Apaseo el Grande, Guanajuato, te atienden mejor.

Así de claro.

ftijerin@rtvnews.com