“La naturaleza de los hombres soberbios y viles
es mostrarse insolentes en la prosperidad y
abyectos y humildes en la adversidad”
Nicolás Maquiavelo
Es el periodismo un ejercicio humano y como tales, los periodistas no somos capaces de desatender a nuestra naturaleza, de manera que nos comportamos, escribimos, hablamos y reflejamos con una buena carga de nuestros defectos y virtudes, filias y fobias, gustos, preferencias y creencias. Es natural.
Sin embargo y por fortuna, existen muchos que atienden al profesionalismo y la ética, poniendo en la balanza las cosas y buscando desligar los prejuicios personales al momento de redactar o hablar ante un micrófono.
Periodista de nuestro tiempo, me ha tocado ser testigo de toda la carrera de Joaquín López Dóriga, sus inicios como reportero, su fugaz paso por Canal 13, trabajé para él en alguna ocasión cuando tuvo una casa productora y tuvieron que hacer un trabajo en Nuevo León, lo vi regresar a Televisa, sus años en la cumbre, su participación en la radio, sus traspiés y las inevitables críticas a su persona por ser la figura que es. Le he celebrado su abierta afición taurina que compartimos… pero cometió un error fatal.
Dejar fuera de la “Mesa de los Coordinadores” al representante de El Bronco en venganza por la discusión que tuvieron él y el gobernador con licencia de Nuevo León en “Tercer Grado” fue un exceso y mucho peor su intento de justificación diciendo que él no hace democracia sino periodismo, además de que el programa es “su espacio” y “él decide”.
Si nos reímos juntos con el “Juay de rito” y casi nos habíamos olvidado de la portada de Proceso y las acusaciones de la señora Aramburuzabala, ayer Joaquín volvió a ubicarse en el más terrenal de los planos dejando ver no sólo la ira contra el representante de El Bronco, sino también la soberbia.
Ya son varias las ocasiones en las que el periodista se ha lanzado el triple salto mortal en el trapecio y se ha salvado, pero los tiempos no son los mismos, y si no que le pregunten a Julio Hernández López que por replicar un Twit se quedó sin trabajos. Vemos si de esta se vuelve a salvar.
Pero si la actitud del comunicador es criticable, mucho más lo es la asumida por los coordinadores de campaña de los partidos que, presentes en la mesa en la que Joaquín se regodeaba corriendo al representante de El Bronco, hasta se rieron de sus chistes y le festejaron su acción. En la imagen difundida sólo se aprecia a Aurelio Nuño quien se carcajea de la pontificación de López Dóriga hacia el representante de El Bronco.
En mi opinión, si es que de algo vale, en ese mismo instante todos los representantes de los candidatos deberían haberse puesto en pie y haberse retirado de la mesa dejando solo a López Dóriga, porque el desplante y el ataque no fueron hacia Jaime Rodríguez Calderón, sino hacia la democracia, hacia México entero, hacia lo que tanto ha costado construir.
Y sí, como le dijo al enviado de El Bronco, es su programa y él decidió. A ver si no le resulta muy cara.
