“El legislador no debe proponerse la felicidad de cierto orden de
ciudadanos con exclusión de los demás, sino la felicidad de todos”
Platón
No tengo duda de que la intención de Víctor Fuentes, el alcalde de San Nicolás, de incentivar el que la población que padece obesidad baje de peso es buena, pero de ninguna manera puede hacerlo estableciendo una diferencia de los gorditos que bajen unos kilos sobre el resto de los ciudadanos y mucho menos puede distraer recursos que son de todos los nicolaítas por este pretexto.
Víctor Fuentes no puede otorgar el 50 por ciento de descuento del predial a quienes se sometan a un régimen alimenticio y bajen de peso, porque es un descuento que no es aplicable a todos los ciudadanos y porque en caso de que se otorgue está malversando recursos que son de la ciudadanía.
Dice que a quienes se sumen al programa les proporcionará asesoría de nutriólogos y expertos para apoyarles, lo cual encuadra perfectamente dentro de las tareas de salud del Municipio, pero de ninguna forma puede dejar de percibir hasta 10 millones de pesos, que buena falta le hacen a las arcas municipales, en su absurda promoción.
Visto así, tendría que arrancar un programa similar para quienes dejen de fumar o de tomar alcohol en exceso, o bien para quienes se sometan a tratamientos para dejar de ejercer violencia familiar a sus parejas e hijos.
El recurso es del pueblo y a la autoridad le corresponde administrarlo dentro del marco de la ley y lo que Víctor Fuentes propone es algo fuera de la norma, porque una cosa son las estrategias de recuperación de cartera atrasada y vencida con descuentos por el pago y otra, muy diferente, el otorgar bonificaciones por bajar unos kilos.
Es cierto que hay que ser novedoso, pero no es correcto extralimitarse en el intento y Fuentes se está pasando como tres pueblos con su brillante idea.
Se hace necesaria la voz de los regidores, sobre todo los de oposición, la de los partidos políticos y los diputados que deben ponerle un alto a esta “ocurrencia” (por llamarla de un modo correcto) de un alcalde que se excede en la novedad.
Descontar un solo peso bajo esta premisa puede constituir un delito y bien valdría la pena que Fuentes lo checara, si no quiere mañana o pasado meterse en gravísimos problemas por andar de “sacalepunta”.
