“Tenemos que empezar a pensar en grande”
Yomero
Nos encabritamos y mentamos madres por igual al gobierno o los maestros si quedamos atrapados por un bloqueo de los docentes; nos quejamos pero no hacemos nada.
Pero lo mismo ocurre en diciembre con las peregrinaciones, los domingos con una carrera, con un evento del gobierno o por un simple accidente todos los días, y no hacemos tanto guato.
Y a pesar de tantas veces que sucede, no podemos, no debemos acostumbrarnos a que nuestro sagrado derecho constitucional de libre tránsito se vea trastocado por el interés, beneficio o simples “ganas” de un maestro, un alcalde o un gobernador. ¿Qué no se supone que mandamos?
A grandes males, grandes remedios.
¿Qué tal si nos adelantamos en el tiempo y diseñamos una solución que se puede implementar en otros lugares del mundo? ¿Qué tal si construimos un “protestódromo”?
Podemos habilitar el plan del Río Santa Catarina, desde la Huasteca hasta Cadereyta para quienes tienen ganan de manifestarse lo hagan de acuerdo a la ley, de manera pacífica y ordenada, sin perjudicar al resto de los habitantes de la zona metropolitana.
Les ponemos descansos y tomas de agua, estacionamientos y vigilancia, les damos chanza de que vayan los ambulantes y les vendan frituras, refrescos, nieves y demás y aplaudiendo sus demandas les organizamos, desde Constitución y Morones Prieto, apoyos mediante el claxon de nuestros autos por sus consignas.
Los fines de semana utilizamos el “protestódromo” para que hagan sus maratones sin cerrarnos calles y avenidas y en diciembre que por ahí se vayan todas las peregrinaciones.
¡Una obra de primer mundo!
Seamos claros, no se trata de protestar y mucho menos de mostrar “músculo” con grandes contingentes. Se trata de jodernos la vida a los demás para propiciar que nuestra molestia se dirija a la autoridad y mediante la presión social se busque, vía el chantaje, una solución a la protesta de los “quejosos”.
Ya va siendo hora de que en Nuevo León hagamos historia y si es así, de perdido que sea con algo creativo y útil, como este “protestódromo”.