“Somos engañados por la apariencia de la verdad”
Horacio
Interesante la polémica que se ha formado sobre la presencia o no de ciudadanos en comités de adquisiciones de tres organismos descentralizados y un fideicomiso del Municipio de Monterrey.
De acuerdo a la ley, la autoridad no está obligada a incluir ciudadanos en los comités de adquisiciones, por lo que no se está violentando ninguna normativa.
Pero para algunos dirigentes de ONG’s el asunto es una simulación, porque consideran que sin la presencia de ciudadanos se pueden convertir en entes “barcos” y “pasalones” para que se autoricen operaciones indebidas.
Respeto muchísimo la labor de las ONG’s y creo que su papel y función son relevantes en la vida de nuestra sociedad, sin embargo en más de una ocasión he cuestionado su afán protagónico y su cerrazón por considerarse los únicos y absolutos poseedores de la representatividad ciudadana.
Debemos de partir de la base de que esa representación ya existe a través de los integrantes del Honorable Cabildo. Los regidores y síndicos tienen esa función en los Municipios, como la tienen los diputados en el Estado. ¿Para qué están entonces?
Y en vista de que esa representación ciudadana no les completa, me pregunto, ¿aceptarían esas ONG’s que fuesen otros y no específicamente ellos, quienes ocupasen esas sillas en un comité?
Porque, cuestión de rascarle tantito, en algunas acciones que hoy se persiguen como hechos de corrupción presuntamente perpetrados por dependencias estatales y municipales, hubo participación de comités de adquisiciones en los que seguramente hay prominentes nombres de conocidas personas, ¿es que acaso sabemos que alguna de ellas haya sido citada a comparecer siquiera por su participación en los hechos?
Me parece que la postura es un exceso, porque de otra manera nos deberíamos ahorrar un montón de sueldos de regidores y diputados, de secretarias y asistentes, choferes y demás, porque todo se solucionaría designando comités de ciudadanos sin cobrar, ¿para qué elecciones? ¿para qué alcaldes? ¿para qué tanto rollo?
La gran y más importante diferencia es que los gobernantes se someten al escrutinio del electorado y a pesar de las fallas de nuestro sistema son lo más parecido a una democracia que hoy tenemos; los dirigentes de las ONG’s, esos que claman por democracia y justicia, viven eternizados en sus puestos. ¿Hay congruencia?
Creo que todo es perfectible y que la participación de visores externos no estorba en las compras, lo apoyaré sin restricciones sí, y sólo sí, esos integrantes no sean los mismos nombres de las mismas ONG’s de siempre.
