“Cualquier poder, si no se basa en la unión, es débil”
Jean de La Fontaine
No se coordinan ni solos, aunque cada vez que pueden aseguran que mantienen “una estrecha coordinación entre todos los niveles de gobierno”.
No son capaces de ponerse de acuerdo ni para pedir la cena, pero en el discurso presumen su evidente carencia y los medios lo publican una y otra vez, y los reporteros ante los hechos lo vuelven a preguntar.
Si en cuestiones tan elementales como nuestros cuerpos de auxilio permitimos que esto suceda, ¿cómo pretendemos que puedan unir sus esfuerzos en cosas más complejas?
¿Tiene alguna razón de ser el dilapidar nuestro dinero en Direcciones de Protección Civil del Estado y Municipios?
¿Por qué la Cruz Roja sigue batallando para subsistir y debe hacer mayores esfuerzos cada vez en sus colectas?
¿Para qué nos sirve una Cruz Verde Municipal?
¿Por qué tenemos un cuerpo de bomberos que se ve obligado a hacer sorteos y otros artilugios para sostenerse?
¿No sería más lógico el unir esfuerzos y, como en Estados Unidos, tener un cuerpo como el de bomberos que atiende todo tipo de contingencias con más recursos técnicos y humanos, más especializados y con mayor profesionalismo?
¿No sería más lógico conseguir mejores precios y un equipo de profesionales mejor coordinado y capacitado bajo un mando único?
Ojo, no hablo de recortar recursos, sino de redirigirlos en un solo sentido con una institución, pública o de un patronato privado, que sea única en el país y ejemplo para otros lugares.
Hablo de un día tener menos generales y más tropa, con especialistas en cada área, con más estaciones distribuidas en la zona metropolitana y el Estado, bajo una sola administración que haga eficientes los recursos.
Pero si para cuidarnos no somos capaces de exigir que se dejen de cuentos y hagamos algo en grande, mucho menos lo haremos para la seguridad, las policías, las obras y para gobernar.
Es simple, es lógico, debería ser sencillo, pero no lo es.