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16/02/2018

PERCEPCIONES / Show

“La civilización democrática se salvará únicamente si hace del lenguaje de la imagen
una provocación a la reflexión crítica, y no una invitación a la hipnosis”
Umberto Eco

Benito Nacif confunde su papel de Consejero Electoral y presidente de la Comisión de Debates del INE con el de un productor de un show de TV cuando declara que en los encuentros “buscarán sacar a los aspirantes de sus zonas controladas y tocar temas incómodos”.

Aclarémonos, los debates presidenciales en México tienen como mucho un punto más de “rating” que “La Hora Nacional” y todo a la espera de ver si surge alguna nueva edecán enseñando de más o provocando a los candidatos, no por el contenido, las puyas y mucho menos las propuestas de los participantes.

Esta nula capacidad de convocatoria tiene su origen en la rigidez de los esquemas propuestos y, sobre todo, en la cerrazón de los partidos al momento de negociar las condiciones del debate.

Más que una pasarela de propuestas e ideas que les sirvan a los mexicanos para normar criterio y conocer a fondo a cada candidato, se han convertido en un show para saber quién hace la mejor travesura, quién le baja los calzones al otro y, postdebate, quién “gana” en la nota periodística del día siguiente según sus amañadas encuestas.

Nacif miente cuando dice “Para ello, dijo, será fundamental el papel de los moderadores, por lo que podría haber hasta cuatro de ellos en cada debate, para que su rol no sea de “maestros de ceremonia” sino que puedan realizar las preguntas que la audiencia quiere escuchar”.

Eso no sucederá, los moderadores harán y dirán única y exclusivamente lo escrito en el guión y tendrán espacio para improvisar sólo cuando deban cortar a algún participante que exceda el tiempo o trate de intervenir cuando no le corresponda, pero hasta ahí.  Sí, serán meros “maestros de ceremonia”, así que da igual si es uno que 25.

Creo que sería mil veces más ilustrativo un debate virtual en el que con base a preguntas y temas específicos, los equipos de campaña preparasen respuestas producidas en video, con mucho material visual de apoyo, en un tiempo determinado, explicando más los “cómos” que los “qués”.

Imagine las respuestas grabadas sobre “¿cómo piensa combatir la corrupción? ¿cómo resolverá el problema de la seguridad en nuestro país? ¿cómo resolverá la falta de empleos? ¿De qué manera piensa combatir la pobreza?”.

Luego, al final, producto de un sorteo alimentado con propuestas hechas desde todo el país vía Internet, un grupo de panelistas opinaría sobre las propuestas hechas por los participantes, ponderando sus ideas para resolver los problemas de México.

Ya basta de jugar a las réplicas y contrarréplicas en un “tiovivo” que a nadie le interesa. ¿Cuándo piensan en realidad modernizarse y buscar un esquema más interesante e ilustrativo?

Ese es el rol que Benito Nacif debería buscar, no el de convertirse en el productor de un muy mal reality-show que nunca ha tenido audiencia.

ftijerin@rtvnews.com