“Hay que vigilar a los ministros que no pueden hacer nada sin dinero
y a aquellos que quieren hacerlo todo sólo con dinero”
Indira Gandhi
Montados en la exigencia colectiva de que no se les otorgue dinero para las campañas políticas del 2018, los partidos suscriben y se adhieren al acuerdo de la sociedad, pretendiendo que les resultará sencillo engañarla y el asunto no será tan fácil como ahora les parece.
Y es que no saben hacer campaña sin dinero.
He conocido personajes que han aceptado candidaturas a cambio jugosas cantidades que pasaron directo a sus cuentas personales, pero, ¿sin dinero que harán aquellos partidos cuya única fórmula para conseguir famosos para que sean sus candidatos es pagándoles?
Más que la falta de dinero, será la presión social la que los obligue a jugar el juego de la percepción, esto es, a plantear una campaña en la que no se note que se gasta dinero, porque al menor indicio de ello vendrán las denuncias en las redes sociales y los medios, empezarán los cuestionamientos en el sentido de “¿de dónde sale el dinero?”.
Ahora sí, la estrategia será un factor fundamental, sobre todo en la parte de la comunicación para básicamente crear contenidos y mensajes impactantes, haciendo uso del free-media como único puente de comunicación con los votantes, porque hasta la publicidad en las redes sociales les será cuestionada.
Claro, estarán doña Chayo y doña Lupe presentes para el “Día D” y como ha venido sucediendo desde hace años venderán sus servicios al mejor postor, aunque al final terminarán vendiéndoles a todos y timando a todos al mismo tiempo, jurando lealtades y amor eterno, aunque atomicen el voto y lo repartan según el precio. Pero eso no se ve, no se siente, no aparece en la contabilidad.
Aquí el juego del dinero estará más que en la realidad, en la percepción. ¿Cómo hacer que no se note?
Interesantes, sin duda, serán las elecciones del próximo año.