“Cuando alguien dice estar de acuerdo, en principio, en hacer algo,
quiere decir que no tiene la menor intención de hacerlo”
Otto von Bismark
La revista Proceso reprodujo ayer una nota publicada por el periódico Zócalo, de Saltillo, en donde se informa que el Gobierno de Coahuila determinó cerrar un Centro de Readaptación Social por falta de internos.
El reclusorio, enclavado en San Pedro de las Colonias, tiene capacidad para 900 internos y como sólo tenían 106 era incosteble mantenerlo funcionando.
Es aquí en donde uno se pregunta, ¿cuántas veces hemos escuchado que la coordinación entre todos los niveles de gobierno funciona a la perfección?
Uno de los principales problemas de las cárceles de Nuevo León es la sobrepoblación y el hacinamiento; nuestros Penales están saturados y esto provoca que sea difícil su control.
Si en buena medida los internos de nuestros reclusorios son presos que purgan condenas por delitos del orden federal, ¿qué no será posible pedirle a la Federación que utilice esa infraestructura que hoy Coahuila está dejando de operar para aligerar la presión y los riegos en Nuevo León?
¿No sería lógico pensar que en lugar de construir un nuevo Penal, en Mina o en donde sea, se aprovechasen esas instalaciones de San Pedro de las Colonias? ¿Si de todas maneras, aunque lo construyamos, tendríamos después que contratar celadores y personal, por qué no pedirles prestado el edificio aunque lo opere nuestro Estado?
Es aquí en donde hace falta gestión y cabildeo del Gobierno, es aquí en donde nuestros Senadores y Diputados Federales deberían estar exigiendo un acuerdo real y verdadero, una coordinación en los hechos y no en las simples palabras.
¿Es tan difícil?
Ahí está una solución, práctica, sencilla, fácil, económica, que no requiere más que de la suma de voluntades y que a los nuevoleoneses nos ahorraría un montón de dinero, además de que nos resolvería un gravísimo problema.
¿Le entran?
