Percepciones
Por: Francisco Tijerina
“Una cosa es Juan Domínguez
y otra cosa es no me chingues”
Yomero
La tecnología ha llegado para ayudarnos, es cierto, pero tenemos que insistir, repetir, machacar hasta el cansancio que todo tiene una hora y lugar y que es vital el anteponer lo que se debe hacer, a lo que me parece simpático hacer.
Veo cada vez con más frecuencia a una especie de “reporteros ciudadanos” que buscan acumular “likes” y “shares” en sus publicaciones grabando videos que les parecen “divertidos”.
Hoy si no me aguanté.
Me topé sin querer con el video de un mozalbete que acudió a las 3:30 de la mañana a un restaurante de tacos en San Nicolás “para bajarse la borrachera”, según sus propias palabras y al llegar se topó con que la única empleada del lugar al parecer estaba dormida, apoyando su cabeza sobre una mesa.
En el video el chamaquito entre y sale del negocio varias veces, graba a la chica que al parecer está dormida, pero tiene los ojos entreabiertos y el mismo muchachito dice en varias ocasiones: “Parece que está muerta”.
Me pregunto, si le parecía que estaba muerta, ¿por qué en lugar de grabar un video no utilizó su teléfono para llamar a los servicios de emergencia o la policía? ¿Será más importante hacer una “denuncia ciudadana” de que la empleada de Tacos Pipe estaba dormida o tal vez salvarle la vida?
Aún y cuando la dependienta hubiese estado dormida, ¿no sería correcto tratar de despertarla en lugar de decir una sarta de estupideces y burlarse de ella? ¿No sería más humano el llamar a la policía para que investigasen o de perdido cuidasen de la jovencita?
Diese la impresión de que el chamaco estúpido del video no tiene madre, hermanas, tías, primas, sobrinas, para que se burle así de una mujer.
Lo más grave del asunto es que hay cientos de usuarios de redes sociales que le festejan su gracia.
En más de una ocasión me ha tocado presenciar cómo en casos de emergencia la gente saca de inmediato su teléfono, pero no para pedir auxilio, sino para grabar video o tomarse fotos.
La tecnología se vuelve en nuestra contra e irremediablemente tenemos invertida la escala de valores.
