“El objeto de toda discusión no debe ser el triunfo, sino el progreso”
Joseph Joubert
No veo motivo de algarabía o festejo en la renuncia de Roberto Flores al cargo de Procurador de Justicia en Nuevo León; su dimisión indeclinablemente traerá un ajuste en la dependencia, reacomodos, nuevas formas y estilos y esto se traduce en la pérdida de un recurso no renovable ni adquirible: tiempo, tiempo que de manera irremediable perderemos los ciudadanos.
Es ilógico calificar como “un logro” la renuncia de Flores, es simple y llanamente un asunto normal, porque su cargo es uno de los más desgastantes y de los que más alta rotación tienen en cualquier administración, el otro es el del Secretario General de Gobierno.
Quedan para el balance sus aciertos y yerros que terminan siendo un asunto meramente estadístico; quedan para el recuerdo sus escándalos, acusaciones y sus defensas, sus declaraciones y videos en redes sociales. Si estamos mejor, igual o peor que antes es relativo, porque esa es la foto de este momento y sobre todo porque su historia no es la de un solo hombre, sino la de toda una institución en la que tenía la encomienda de ser el capitán.
No es tiempo de intentar sacar raja política ni de partidizar el asunto, actuemos responsablemente, pensemos en Nuevo León.
El momento exige encontrar a un profesional del derecho con capacidad y honestidad probadas, que reúna el perfil idóneo y que (por favor, otra vez, actuemos con responsabilidad) cuente con el aval de todos los actores sociales. El momento es sumamente delicado y sobre los hombros del elegido recaerán enormes responsabilidades.
Dejemos de una vez por todas de pensar en el gobierno de “El Bronco” para pensar en el gobierno de Nuevo León, en nuestro gobierno y pensemos en las delicadas tareas de la Procuraduría General de Justicia.
El gobernador tiene un reto para proponerlo, el Congreso y sus diputados otro más para aceptarlo y nosotros, los ciudadanos, el más importante de todos: apoyarlo.
Lo sucedido no es triunfo para nadie, pero el próximo sí puede serlo, está en nuestras manos conseguirlo.
