“Nadie ofrece tanto como el que no va a cumplir”
Francisco de Quevedo
Cuando estaba en campaña la principal promesa de Óscar Cantú García era la seguridad; se ufanaba de sus logros como Secretario de Seguridad de Apodaca y decía que sabía cómo mejorar las cosas. El pueblo, desesperado, le creyó su vano discurso y muchos periodistas, entre ellos yo, nos tragamos el cuento.
Vistos los resultados terminas por entender que efectivamente Óscar Cantú cambió las cosas en Apodaca, pero para empeorar, porque nunca antes el municipio había estado tan mal, pero tan mal, en materia de seguridad.
De nada ha servido la experiencia y el choro campañero, porque el alcalde apodaquense no le dedica atención y mucho menos recursos al tema; el bienestar y tranquilidad de los habitantes le tienen sin cuidado y él está muy ocupado en otras cosas, nadie sabe en cuáles.
A casi un año te das cuenta de que Óscar es igual y por momentos mucho peor que los políticos tradicionales de todos los partidos e incluso los que ahora pomposamente se llaman “independientes”: alguien que en campaña te dedica sonrisas, te promete portarse bien y dice tiene todas las soluciones, aunque esas soluciones en realidad sólo sean un catálogo de buenos propósitos sin ningún sustento.
Y si los apodaquenses lloraban por los malos resultados de Benito y de Raymundo, hoy los extrañan, porque en realidad con ellos estaban, según sus propias palabras, “menos peor”.
Óscar Cantú se quedó en eso, en una mera promesa que nunca fructificó, una promesa que prometía mucho y que a casi un año de distancia no ha cumplido en nada.