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10/06/2025

PERCEPCIONES / Futuro

“En cuanto a la lógica, sus silogismos más bien sirven
para explicar a otros las cosas ya sabidas, que para aprender”
René Descartes

Le ruego atender las siguientes líneas desde una perspectiva de lógica simple, sin maniqueísmos y mucho menos buscando encontrar algún fondo oculto de beneficio para persona o institución alguna. Me mueve únicamente una preocupación por mi ciudad y su gente.

Coloque usted un recipiente y dentro de él ponga otro más de un tamaño grande; llénelo hasta el borde de agua y cuando esté a punto de colmarse extraiga el artículo que haya puesto dentro. Verá cómo el nivel del agua que hace un momento amenazaba con salir del recipiente, ha bajado.

Así de fácil y sencillo es explicar lo que la enorme cantidad de vegetación que se ubica en el lecho del Río Santa Catarina puede causar en caso de que tengamos un huracán o ciclón en el futuro.

No me digan que la naturaleza es sabia, porque la naturaleza no sabe de límites y cuando el cauce del río no puede contener más agua simplemente se desborda. A diferencia de otros ríos que no tienen a su vera a personas y construcciones, en el caso del Santa Catarina hablamos de la posibilidad de una inundación de proporciones inimaginables.

Ningún meteorólogo en el mundo y ningún sistema son capaces de predecir el alcance que puede tener un fenómeno natural y la cantidad de lluvia que puede descargar en un momento dado. Mucho menos en nuestro tiempo cuando los cambios climáticos han dado muestras de no seguir patrones históricos.

Ahora bien, toda esa vegetación está viva y no tiene grandes raíces para sostenerse en caso de una crecida. ¿Qué puede pasar? Que árboles y follaje sean arrancados por la fuerza de la corriente y se topen con los soportes de los distintos puentes que cruzan el río, pudiéndose formar peligrosísimas represas que, otra vez, pueden causar desbordamientos y hasta el desplazamiento de las losas de los propios puentes.

Si una de las funciones básicas de los gobiernos es el proteger la vida y patrimonio de las personas, sería ideal el que lejos de ubicarse en una cómoda posición “ecologista” de no tocar el río, realizara estudios para saber cuánto es necesario desazolvar el río, retirar vegetación de manera selectiva y mantenerlo listo para enfrentar una contingencia mayor.

Dejarlo así es un acto de irresponsabilidad que puede causar muertes y cuantiosos daños.