“Toda pulgada cúbica de espacio es un milagro”
Walt Whitman
Tengo la sospecha de que a Abraham Vargas, el director del Instituto de Movilidad, nadie le ha platicado un poco de la historia del transporte urbano en Monterrey.
Ayer declaró que citarán al chofer de un camión que fue confrontado por una estudiante de la UANL por diez minutos parándose frente a la unidad, porque se negaba a abrir las puertas del camión para subir pasaje, para imponerle una sanción.
¡Va!, pero la sanción no resuelve el problema de fondo, la pagará la ruta y el chofer volverá a su unidad, a menos de que, como amenazó, le apliquen una suspensión temporal o definitiva a su licencia; pero… si están tan necesitados choferes, ¿cómo correrlo?
En el fondo los choferes no se detienen porque las unidades van repletas desde que salen de sus patios. Se bajan dos y se suben seis y si ya no hay espacio en dónde meter más gente, detenerte sólo retrasa el recorrido y brinda la oportunidad de que se suscite un accidente.
Los camiones atestados no son algo nuevo, así operaban desde hace 50 años pero sólo en las horas pico, porque el resto del tiempo era normal una espera prudente entre uno y otro de la misma ruta y encontrar asientos vacíos.
Conozco el transporte público desde cuando se empleaban ánforas transparentes en donde depositabas el importe del pasaje en un espacio de cristal que el chofer revisaba y luego jalaba una palanca que hacía que las monedas cayeran en una caja metálica a la que sólo podías acceder con la llave de un candado.
Sé de los accidentes que provocaban los choferes por jugar carreras para ver quién levantaba más pasajeros pues tenían premios por productividad. Miles de veces tuve que viajar colgado de la puerta con el cuerpo afuera de la unidad porque si no llegaba tarde a clases.
El problema hoy es la falta de unidades ante una alta demanda, no sólo en las horas pico donde se dispara el número de usuarios, sino a cualquier hora del día; es evidente que al sistema le hace falta logística y planeación, si no, ¿cómo es posible ver ocho unidades haciendo fila para recargar gas bloqueando un carril de la avenida Colón a la una de la tarde?
De poco o nada sirve una sanción y citar al chofer, porque eso no arregla las cosas. El asunto está en otro lado y tal parece que el señor Vargas no lo nota.