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05/09/2025

Grandes

“Cuando mi voz calle con la muerte, mi corazón te seguirá hablando”
Rabindranath Tagore

tenido el privilegio de ver y escuchar en la televisión y radio regiomontanas a grandes voces de increíbles personajes que han dejado una huella imborrable a lo largo de sus carreras en emisiones y conceptos que trascienden en la historia.

Así, crecimos con la grata compañía de don Chucho y Mario Valle en “Codazos” al mediodía o con Rómulo Lozano y “Tello” Mantecón en “Mira que Bonito”. Despertábamos con la cálida voz de Mario Agredano dando las noticias, con el Licenciado Horacio Alvarado Ortiz o don Héctor Martínez Cavazos y sus programas de concurso.

Disfrutamos de la delicia de escuchar a Pepe Báez Gutiérrez, a Alberto Llanas, a Ramiro Marroquín, a Joaquín Iglesias Romero, a Nefthaly López Páez, a Humberto Romo.

En la radio cerrábamos el día con don Raúl Alvarado Ortiz y su “Operación Cupido” o nos amanecíamos con Jeremías Becerra en la XET. Nos deleitamos con voces como las de don Ernesto Hinojosa, Antonio Córdova, Lacho Pedraza, Gustavo Agredano, Pedro Arturo Ortiz, Pepe León Ramos, José de Jesús Guerrero, Carlos Saucedo Rubí, Chabelo Jiménez, René Alonso, Francisco “El Lechero” Morales y tantos otros.

Tuvimos el privilegio de tener en nuestras pantallas al Arqui Benavides y a Américo Leal Villarreal.

Por eso al enterarnos de la despedida de María Julia Lafuente de los noticieros no podemos menos que sentir nostalgia, porque se retira de la pantalla uno de los últimos íconos de la TV de Monterrey.

Llegamos juntos a Multimedios, ella unos meses antes a radio y yo a El Diario de Monterrey y desde entonces trabamos una increíble amistad que continúa en todos estos años, aunque no nos frecuentamos, pero es de esas relaciones en las que sabes que estás a un telefonema de distancia, a un mensaje, para de inmediato responder.

María Julia logró crear un estilo y con él trascender, ser parte de las familias, entrar a los hogares y ser parte de ellos y eso tiene un valor.

Gracias amiga por tu pasión y entrega, por tu entusiasmo y profesionalismo, por tu férrea disciplina y, sobre todo, por el privilegio de tu amistad.

Te vamos a extrañar en la pantalla.