“Cuando escupes para arriba casi siempre ocurre que…”
Yomero
No hay manera de gobernar quedando bien con todos, siempre habrá algo o alguien a quien sacrificar. El secreto está en saber evaluar para buscar el beneficio máximo y los daños mínimos, además de practicar un juego de equilibrios en donde si le estiras a la cuerda de un lado, le aflojes del otro para que no se reviente.
El reciente anuncio del Gobernador Samuel García sobre la cancelación de operaciones de varias pedreras puede ser visto desde distintas ópticas, pero hay una en la que por más que se intente no se salva de ser calificada como un error.
Sí, es cierto, contaminan y generan polvo, pero sus productos son necesarios para el crecimiento y desarrollo. Están, operan y trabajan porque existe una demanda de lo que ofrecen y más en una ciudad como la nuestra en la que, al margen del dinamismo de la construcción privada, el Gobierno estatal está trabajando en distintas obras que las ha ofrecido concluir para el siguiente año.
Ocurre que al existir escasez de todos los productos generados en las pedreras su precio sube, primero por la sobredemanda y después porque se vuelve necesario traerlo desde otros lugares, como ha estado sucediendo en Monterrey durante las últimas semanas que traen arena y agregados desde Ramos Arizpe.
No sólo para el mercado, el propio gobierno tiene que pagar más caro todo esto y no sólo ello, sino que además deja ir derrama económica y provoca la pérdida de empleos.
Y todo por andar quedando bien con quienes critican las pedreras.
Si en realidad el cuidado del ambiente fuese el problema, ¿por qué no hacen lo mismo con la Refinería de Cadereyta? ¿Por qué por más promesas que se han hecho nada ocurre?
El Gobernador podría haber seguid tolerando la presión y aplicar medidas correctivas a las pedreras; el anuncio mediático tendrá un efecto sumamente limitado, sino no es que lo critican y le exigen que cierre más pedreras. No resuelve lo primero y se complico a su mismo, es darse un balazo en el pie.
