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07/08/2025

Mil Máscaras

“Como flores hermosas, con color, pero sin aroma,
son las dulces palabras para el que no obra de acuerdo con ellas”
Buda

Deberé iniciar extendiendo una sincera disculpa a ese monstruo de la lucha libre mundial que es Mil Máscaras por la analogía que en nada le favorece, pero no encuentro otra manera de describir la policromía que presenta en su vestir y actuar el senador Waldo Fernández.

Y es que Waldo carrera ha cambiado, y sigue cambiando, de colores a cada rato.

Cuando misteriosa y mágicamente llegó a la política por el principio de representación proporcional para ser diputado federal por el PRD, no se vestía de amarillo.

Tres años después tuvo un fugaz paso por el color guindo independiente en el gobierno de “El Bronco” Jaime Rodríguez y tampoco se disfrazó del tono utilizado por el ex gobernador, aunque ni tiempo tuvo de ello porque volvió a cambiar y se instaló en Morena, en un poco claro movimiento entre ser militante del Partido del Trabajo o del Verde, aunque hoy por hoy asegura ser Senador por este último.

Lo extraño son sus ropajes y formas. Cuando hizo campaña para Senador se la pasó vestido del tono tinto de Morena, sin embargo de un tiempo a la fecha aparece en sus publicaciones disfrazado de “El Charro Negro”, con un sombrero vaquero que diese la impresión porta un anuncio espectacular en su copa porque incluye su nombre y muchas palabras debajo.

¿Por qué no se viste de verde entonces?

Hace unos días en un evento de Morena, acudió vestido otra vez con su ropa de color vino tinto

Waldo se uniforma a conveniencia y según la ocasión y el disfraz de “Woody” de luto lo emplea porque sabe que no tiene posibilidades de ser candidato directo por Morena, de manera que desde ya pinta raya en el vestuario, preparando terreno para lo que se ofrezca, pero siempre con la ropa guinda en la cajuela del auto, no se vaya a ofrecer ponérsela.

Lo grave es que no sólo es en la ropa, sino también en las posiciones políticas. Fernández es camaleón y cambia de opinión y postura según la ocasión y todo esto los electores lo notan, por mucho que el senador utilice la caja completa de crayones para colorear.