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28/07/2025

Simplicios

“La teoría es asesinada tarde o temprano por la experiencia”
Albert Einstein

Nacido de la mente de ese genial cubano que fue Jesús Alvariño a principios de los 60’s en su paso por la TV de Puerto Rico, el personaje de “Simplicia la Secretaria” fue creado para que lo interpretara la que sería su esposa, Normita Suárez, llegando ambos, y la serie, pocos años después a Canal 6 de Monterrey.

Lo he contado antes, era una secretaria despistada e inocente que se metía en líos sin buscarlo, pero que al final siempre los resolvía para bien. Su paso, aunque efímero, marcó una época en la TV regiomontana.

Pues bien, más simples que “Simplicia” pululan por las redes los analistas y pitonisos y adivinadores del futuro que predicen con atrevida ignorancia y más antelación que el Siglo XX, lo que ocurrirá en los procesos electorales del 2027 en Nuevo León.

Los nuevos genios de la comunicación, la mercadotecnia y la estrategia política son unas fieras para el rollo, pero carecen de memoria y es por ello que sus teorías se derrumban con mayor facilidad que un castillo de naipes.

Se sienten cosidos a mano y poseedores de la verdad absoluta, cuando no pasan de ser “maceta del corredor”.

Hace unos días vi a uno que asegura, con pasmosa ingenuidad, que la batalla en las elecciones para gobernador del 2027 será fundamentalmente de estrategas políticos (Si Chucha, eso quisieras); afirma el sesudo analista que cualquier candidato que pretenda lanzarse en pos de una gubernatura o alcaldía y tenga posibilidades de ganar, tiene que empezar su campaña tres años antes.

Y es ahí donde la teoría empieza a desmoronarse. ¿Comenzaron su campaña Rodrigo Medina, Jaime Rodríguez Calderón o Samuel García tres años antes? ¡No! Puede ser que estuviese en sus planes, pero 36 meses previos al proceso electoral no lo tenían claro y una vez en campaña, ni “El Bronco” ni Samuel, tuvieron claro que serían los triunfadores.

En este tema todo cuenta, principalmente la coyuntura y la historia reciente y de esa, independientemente de sus deseos, los aspirantes no tienen control. Los amarres políticos, los apoyos de otras fuerzas, la opinión pública, todo incide y tiene un peso que los estrategas poco pueden hacer para modificar o cambiar, de manera que los “Simplicios” pueden quedarse con sus teorías, aunque eso sí, no faltarán ingenuos que se las compren.